Reseña
realizada por ALFONSO & MIGUEL ROMERO
TITULO
ORIGINAL: Una ondata di piacere
TITULO EN
ESPAÑA: Oleada de placer
IMDB: Pinchar aquí
AÑO DE
PRODUCCIÓN: 1975
DIRECTOR: Ruggero
Deodato
REPARTO: Al
Cliver (Irem)
Silvia Dionisio (Barbara)
John Steiner (George)
Elizabeth
Turner (Silvia)
EDICIONES
ESPAÑOLAS EN VÍDEO: -----
EDICIONES
ESPAÑOLAS EN DVD: -----
SINOPSIS: Giorgio,
un codicioso hombre de negocios, conoce, no por azar, a Barbara, una guapísima
y muy interesante muchacha que le supone un reto a distintos niveles para ser
otra de sus conquistas. Invita a la chica y a su compañero, Irem, a pasar unos
días en yate con él y su mujer, Silvia. Una vez embarcados no tardan en
manifestarse los juegos de dominio y las bajas pasiones.
COMENTARIO:
El film comienza en una playa, con Irem (Al Cliver) cabeza abajo, “viendo el
mundo al revés”, mientras llega Barbara (Silvia Dionisio). Tenemos el escenario
y la pareja protagonista de la cinta, y en las palabras del chico sus
pretensiones. Pasamos a conocer a Giorgio (John Steiner) y Silvia (Elizabeth
Turner). Él es un tipo que disfruta haciendo daño, piensa que este mundo es
plenamente material, que todo tiene un precio y que puede comprarlo. Es un
egoísta que sólo hace las cosas para su propio disfrute. Y un parásito porque
se permite ese tren de vida de ostentación y excesos chupándole la sangre a
Silvia. Ella asume su carácter de posesión de Giorgio y aguanta estoicamente
las vejaciones y palizas que le propina. Observados por Barbara e Irem, éstos
se las arreglan para ser invitados por aquél a pasar unos días en su yate donde
pronto empiezan los juegos de poder y las relaciones se van a poner muy tensas.
Giorgio,
acostumbrado a mandar, a que todos estén bajo su yugo, pierde los nervios y el
control cuando no es quien lleva el timón de la situación. Odia al
proletariado, lo dice explícitamente, además se hace evidente con uno de los
cuadros que aparecen en la cinta y cuando despide con total aplomo y sin ningún
remordimiento a 500 trabajadores con tal de sacar él más beneficios.
Como en
las películas de, pongamos, Alberto Cavallone, el sexo es poder. O, mejor
dicho, tiene el poder quien manipula con el sexo a su conveniencia. Giorgio
somete a Silvia a sus caprichos sadomasoquistas (psicológicos y físicos), pero
en sus empeño por acostarse con Barbara, por poseerla, sólo encontrará los
hábiles esquivos de ésta, dejándole con la miel en los labios y sumiéndole en
la desesperación, perdiendo ese dominio de la situación al que está acostumbrado.
Ella se hace con las riendas para llevarlo al terreno que le interesa.
El
director nos presenta en todo momento al personaje interpretado por el
británico John Steiner como un ser ruin, despreciable, inmoral, corrompido por
ese mundo de lujos donde el amor y los valores no tienen cabida. Su
sadismo/demostración de poder es constante, como cuando destroza delante de
Barbara la morena que ha pescado haciendo submarinismo (1). Culpable incluso
del suicidio de un hombre, no le da la menor importancia. Deodato se pone del
lado de la pareja de vagabundos, Irem y Barbara, que saben muy bien qué están
haciendo y dónde se están metiendo, sin importar las pretensiones de éstos y la
posibilidad de actos mezquinos. En su mundo sí existe el amor, un amor propio
de los jóvenes de los 70 de tantas y tantas producciones italianas del periodo.
Al final conseguirán su propósito, “ver el mundo al revés”. Un punto de vista,
en este caso el del realizador, no muy distante del de su siguiente trabajo, el
poliziesco “Brigada anticrimen / Hombre se nace, policía se muere” (1976).
Realizada
en 1975, el mismo año que la excepcional “Rojo oscuro” de Dario Argento, pero
también de “Desnuda para el asesino” de Andrea Bianchi o “El vicio tiene medias
negras” de Taro Cimarosa, y al igual que estas dos la aquí comentada cinta de
Deodato se presta a la exhibición constante de desnudos y escenas amatorias,
donde por supuesto no falta la (casi) obligatoria escena lésbica entre las
protagonistas femeninas de la función. El giallo empezaba a perder el tirón
comercial que tuvo al comienzo de la década gracias al boom generado por
Argento y su “El pájaro de las plumas de cristal” (1970), y el sexo se iba
apoderando de éste y otros géneros de cara a llenar las butacas de las salas de
cine, aprovechando la progresiva relajación censora tanto en Italia como fuera
del país de la bota.
Un yate
como escenario para la planificación de un asesinato (o más), porque en el
océano (como en el espacio) nadie va a poder oír tus gritos, había sido un
lugar ideal para matar dentro del thrilling all’italiana (2) en títulos como
“Top sensation” (1969) de Ottavio Alessi, “La flor de los pétalos de acero”
(1973) de Gianfranco Piccioli, o “Mia moglie, un corpo per l’amore” (1973) de
Mario Imperoli. En un yate aparece el primer cadáver “real” de “Cinco muñecas
para la luna de agosto” (1970) de Mario Bava, y es el medio en el que llegan a
la isla (que servirá de exótica cámara mortuoria) donde los protagonistas
quedan a merced del/los asesino/s, al igual que en “Interrabang” (1969) de
Gianni Biagetti y “Nove ospiti per un delitto” (1977) de Ferdinando Baldi.
Todos títulos plagados de gente guapa y bien saneada económicamente, tan
ambiciosos como llenos de odio. El dinero como el leit-motiv para quitar de en
medio a quien haga falta (familia, amigos, amantes,...). Muertes a pleno sol en
marcos tan hermosos como solitarios, herederos del funcional “Orgasmo” (1969)
de Umberto Lenzi.
“Oleada de
placer”, contando con Lamberto Bava en el libreto, fue la primera incursión en
el thriller de Ruggero Dedodato, que volvería a tantear el género en múltiples
ocasiones: “Concorde affaire” (1979) venía a ser un cruce entre el giallo y la
disaster-movie (con la saga de “Aeropuerto” como claro referente); “Trampa para
un violador” (1980) seguía la estela de “La última casa a la izquierda” (1972)
de Wes Craven, contando con David Hess para que prácticamente repitiera el
mismo papel; “Body count / Criatura diabólica / Camping del terror”, también
con Hess en el reparto, se apuntaba a la moda del slasher; cerraba la década
“Bestia asesina” (1988); y el erotismo se apoderaba de “La lavadora asesina”
(1993) ya en los 90.
Distribuido
en nuestro país por Filmax, el film que nos ocupa pudo ser visto por televisión
el 27 de agosto de 1993 en Tele 5 en su (añorado) espacio Erotísimo.
(1) Que
recuerda bastante a Rocco (Petard Martinovich) abriendo la anguila ante una
aterrada Greta (Barbara Bouchet) en “Amuck! / Alla ricerca del piacere” (1972)
de Silvio Amadio, otra cinta donde poder, sexo, dinero y muerte van unidos de
la mano en un entorno rodeado por el agua.
(2) Fuera
de las fronteras transalpinas son igualmente múltiples y dispares los ejemplos
de thrillers con yates en medio del gran azul, con el peligro acechando dentro
del muy limitado espacio que les confiere la embarcación. Valgan citar “Calma
total” (1989) de Phillip Noyce, con nacionalidad australiana, o la británica
“Donkey punch: juegos mortales” (2008) de Oliver Blackburn.
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