Escrito por ROBERT GARCIA
Marina Malfatti nacía en Florencia, el 25 de abril de
1940. Con 17 años se traslada a Paris, donde asiste a la escuela de Arte
Dramático creada por René Simon, actor francés. Dos años más tarde regresaría a
su país, donde obtiene una beca para el Centro Sperimentale di Cinematografia,
comenzando a aparecer en pequeños papeles tanto en el cine como el teatro.
Pero vayamos a la faceta que más nos atrae de esta
actriz, tras participar en “Piú tardi Claire, piú tardi…” (Brunello Rondi,
1968) y en el pseudo-giallo “La última señora Anderson” (Eugenio Martin, 1971),
a la actriz le pillaba de lleno la época dorada del género, así que la vimos en
“La noche que Evelyn surgió de la tumba” (Emilio Miraglia, 1971), “Siete
orquídeas manchadas de rojo” (Umberto Lenzi, 1972), “Todos los colores de la
oscuridad” (Sergio Martino, 1972) y “La dama rosa mata siete veces” (Emilio
Miraglia, 1972), como veis un historial envidiable dentro de nuestro genero
favorito.
Su carrera está llena de apariciones y papeles en los más
diversos géneros, desde la comedia decameronica al eurowestern, personalmente
me quedo con sus trabajos en el terror y derivados, como por ejemplo “Semilla
diabólica” (Marcello Andrei, 1974) o “Il prato macchiato di rosso” (Riccardo
Ghione, 1973).
Como muchos otros de sus colegas de profesión, Marina
Malfatti acabo actuando en productos televisivos. Pese a su preciosa cara
angelical, debía tener un sitio en esta sección llamada “Las caras de la oscuridad”.
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