Carla Brait fue una de las escasas actrices negras que se paseó por el cine de género italiano en su buena época y, por supuesto, intervino en varios giallos.
Nacida el 1 de septiembre de 1950 en Innsbruck (Austria), desde muy joven se dedicó a la danza y al ballet clásico. Con unos 18 años empieza a hacer cine. Sus aptitudes para el baile la llevan a aparecer en muchas ocasiones en estas funciones, y el color de su piel la encasilla no pocas veces a papeles de criada. Si otras actrices de piel morena, como Laura Gemser o Beryl Cunningham, quedaron por su color relegadas a papeles exóticos, la Brait será la habitual criada negra en un puñado de títulos, como en "El pistolero ciego" (1971), la adaptación al spaghetti-western del personaje de Zatoichi por parte de Ferdinando Baldi.
Tras varias pequeñas intervenciones, en algunas ocasiones sin figurar si quiera en los créditos, entre ellas un giallo, "El dios de la muerte asesina otra vez" (1972), de Armando Crispino, tendría su primer rol importante como la agresiva bailarina que acaba muerta en la bañera, víctima del asesino de turno, en "Las lágrimas de Jennifer" (1972), de Giuliano Carnimeo, el famoso "thriller all'italiana" que protagonizara Edwige Fenech. Ese mismo año la Brait luce palmito acompañando a Tina Aumont y siendo acechada por otro killer enmascarado en "Torso, violencia carnal", de Sergio Martino, su última participación en el género que nos ocupa.
A mediados de los 70 se la ve en varias comedias, como "Yupi Du" (1975), de Adriano Celentano, repitiendo su sempiterno papel de criada; "La espía se desnuda" (1975), de Fernando Di Leo y que protagonizara Ursula Andress; o "La camarera negra" (1976), de Mario Bianchi, donde por supuesto ella era la camarera del título.
Ya en los 80 tiene un pequeño papel en "1990: los guerreros del Bronx" (1982) y su directa secuela "Fuga del Bronx" (1983), ambas de Enzo G. Castellari, para desaparecer de las pantallas hasta la entrada del nuevo siglo donde la veríamos en un par de episodios de la teleserie "Linda e il brigadiere". Se prodigó poco en el cine, dicen que para ella fue sólo un entretenimiento, su verdadera pasión siempre fue el baile.
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