Mario Bava nació el 31 de julio de 1914, en San Remo, Italia. Después de haber estudiado bellas artes, quiso seguir la carrera cinematógrafica de su padre y se convirtió en director de fotografía. En 1939 trabajó por primera vez en el cine en el corto de Roberto Rosselini, "La Vispa Teresa". De ahí y hasta que firmase su primera obra completa como director "La máscara del demonio" en 1960, colaboró sin ser acreditado en varias producciones, entre ellas la magnífica "I Vampiri" de Riccardo Freda, película que por cierto acabó de rodar Bava pero que finalmente no apareció ni en los créditos, una auténtica injusticia.
Con "La máscara del demonio" ya dejó presente que sería uno de los grandes cineastas del terror gótico italiano y que en años posteriores realizaría otras obras maestras del género tales como "La fustra e il corpo" (1963) o "Operazione Paura" (1966).
Pero sin duda Mario Bava será recordado además por ser el creador de una nueva corriente italiana, el cine giallo. Para entender qué es un giallo es imprescindible haber visto "Seis mujeres para el asesino" de 1964, considerado el primer giallo puro. Aunque en realidad la primera incursión en este subgénero del terror fué en 1962 con "La muchacha que sabía demasiado", considerada pre-giallo. Ambas son geniales. En "Seis mujeres para el asesino" deja clara la esencia que debe tener un buen giallo y sus correspondientes elementos; aluvión de colores cálidos, maniquíes, bellas mujeres amenazadas, asesino con la cara cubierta y guantes negros, etc.
En 1969, Bava realizó "Un hacha para la luna de miel" y en 1970 "Cinco muñecas para la luna de agosto". Hay opiniones varias acerca de estos dos giallos, pero casi todas coinciden en que no son de lo mejor del maestro, pero que son igualmente buenos. Y respecto a su último giallo, "Bahía de sangre" (1971) dicen más o menos lo mismo, solo que a mí esta me gustó especialmente, me gustó mucho. Además de que le tengo cariño porque fué de las primeras películas que vi (y comenté) de él.
Como ven, el genio italiano no tiene demasiados giallos pero sí los suficientes como para dejar huella en la historia del cine y convertirse en leyenda. Mario Bava moría un 27 de abril de 1980, en Roma, un año después de haber co-dirigido con su hijo Lamberto su último trabajo, "La venere d´ille", dejándole así a este un legado difícil de superar, pues Lamberto Bava estaría condenado a sufrir en cierta forma las numerosas (y a veces injustas) comparaciones con su padre para el resto de su vida.
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