Florinda Soares Bulcao nació en Urubuterama, Brasil, el 15 de febrero de 1941, aunque el grueso de su carrera lo desarrolló en Europa, principalmente en Italia. Comenzó su filmografía con un pequeño papel en la comedia sexy “Candy” (1968), de Christian Marquand, una coproducción entre Francia, Italia y los Estados Unidos que contó en su reparto con grandes nombres como Marlon Brando, Richard Burton o Charles Aznavour.
Recordada por la crítica por sus intervenciones en “La caída de los dioses” (1969), de Visconti, y ya de protagonista en “Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha” (1970), de Elio Petri, junto a Gian Maria Volonté, o “Anónimo veneciano” (1970), de Enrico Maria Salerno, donde formaba pareja con Tony Musante. Nosotros no podemos olvidar otros títulos como “Las Vegas 1970” (1969), de Giuliano Montaldo, “Llegará el día de los limones negros” (1969), de Camillo Bazzoni, “La novicia musulmana” (1974), de Gianfranco Mingozzi, la rape-movie “La séptima mujer” (1978), de Franco Prosperi, o ya en los 80 “La jaula” (1985), de Giuseppe Patroni Griffi, coincidiendo de nuevo con Musante.
Su paso por el giallo fue realmente breve, sólo tres títulos, pero intervino en tres master-pieces del género: fue la protagonista de la lisérgica “Una lagartija con piel de mujer” (1971), de Lucio Fulci, con quien repetiría al año siguiente en el papel de la bruja a la que los lugareños culpan de los crímenes en la seminal “Angustia de silencio”, modélico giallo rural que quedaría como referente ineludible para el género. En 1975 se hace con el rol principal de un título tan singular como “Huellas de pisadas en la Luna”, de Luigi Bazzoni.
Aún en activo, aunque ya bastante relajada, resulta curioso que sólo haya participado en tres producciones de su Brasil natal, el culebrón “A rainha da vida” (1987), la coproducción con USA “Bella Donna” (1998), protagonizada por la escultural Natasha Henstridge, y dos años después se sentaba en la silla de la dirección para hacerse con las riendas de la cinta coral, repleta de mujeres al borde de un ataque de nervios, “Yo no conocía a Tururú”, emitida en nuestro país por la desaparecida Localia TV.
Su delgado y duro rostro, uno de los más inolvidables del cine de género italiano, es también una de las caras de la oscuridad.
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